ORGULLOS DE NUESTRO LEGADO HISTÓRICO
Luego de la visita al Museo de Sitio Huacas de Moche, la señorita Vania Tavara Palacios de la Universidad Privada del Norte (UPN), coordinó con el director del Programa Estudiantil del diario La Industria, William Prado para que iniciáramos el recorrido hacia los impresionantes restos de la Huaca de La Luna.
Nos dividimos en tres grupos para apreciar mejor el legado de la Cultura Moche. “Mi trabajo es muy interesante, pues al mismo tiempo que brindo información también recibo información, pues cada vez aprendo más, cada vez se descubre más”, aseguró nuestra guía María Ulloa Paredes.
Los Moche fueron un pueblo guerrero y artista. La Huaca de la Luna fue su centro ceremonial religioso que está conformado por cinco edificios, dos plataformas y tres plazas. Detrás de ella se encuentra el Cerro Blanco a quien ellos consideraron sagrado.
Primero ingresamos a la Plaza de los Sacrificios donde se encontraron cerca de 70 cadáveres expuestos en la arena (eran prisioneros). A continuación nos encontramos sobre la base del cuarto edificio donde fuimos testigos de su arte deidal y estilo de construcción.
Luego pasamos a estar sobre la base del quinto edificio y después de algunas fotos y de ver el maravilloso paisaje que se nos ponía de lo que había sido antes la zona urbana pasamos a la “plaza ceremonial del norte” donde concluyó nuestro recorrido por este ya conocido destino turístico.
Descubrimiento de la Huaca
La Huaca de la Luna es un lugar impresionate, muestra del adelanto que tuvo la Cultura Moche, que se desarrolló en el valle del mismo nombre y que está ubicado a escasos 10 kilómetros de la ciudad de Trujillo, capital de la región La Libertad (Perú).
Así que algún día visitas Perú, no debes de visitar dicho lugar ceremonial de los Moche. Sólo está a 500 kilómetros al norte de Lima.
El descubrimiento de relieves polícromos realizado en 1990 por el restaurador Ricardo Morales Gamarra motivó a que en mayo de 1991, la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Trujillo (Perú), con apoyo de la Fundación Ford y de la Sociedad Cervecera de Trujillo inicie la ejecución del Proyecto Huaca de la Luna.
Los objetivos del Proyecto son la Investigación, conservación y puesta en valor del monumento arqueológico, ubicado en el complejo Huacas de Moche, uno de los sitios prehispánicos más importantes del norte del Perú.
La reconstrucción
Reconstrucción de la Huaca de la Luna antes de iniciarse el Proyecto Arqueológico. Aunque el estudio de la arquitectura monumental de la Huaca de la Luna resulta muy importante para el proyecto, no es el único objetivo, pues también se están realizando estudios multidisciplinarios para ampliar nuestros conocimientos respecto al origen del estado y del desarrollo urbano andinos, con el objeto de comprender mejor a la sociedad Mochica, que en su época fue una de las más exitosas de la región, que actualmente pertenece a la costa del norte peruano.
Conservación
Trabajos de conservación sobre el mural de la deidad Mochica comúnmente conocida como El Degollador. Desde sus inicios, el Proyecto Huaca de la Luna (Trujillo-Perú) está a cargo de dos directores: el arqueólogo Santiago Uceda Castillo y el restaurador Ricardo Morales Gamarra. Ambos expertos han programado el trabajo a largo plazo, con un enfoque multidisciplinario, que involucra a arqueólogos, antropólogos, historiadores, conservadores, arquitectos, ingenieros y otros especialistas para garantizar el rigor de las investigaciones científicas y el éxito de los trabajos de conservación y puesta en valor del monumento arqueológico.
Reconstrucción del avance de las excavaciones en la Huaca de la Luna. Tras 14 años de paciente labor, los principales logros del Proyecto Huaca de la Luna radican en haber resuelto muchos enigmas respecto a la cosmovisión de los mochicas y en haber realizado trabajos de conservación de óptima calidad, que se ajustan cuidadosamente a la teoría y filosofía de restauración.
Fachada de la Huaca de la Luna y rampa de acceso, tal como se les ve ahora.Los objetivos alcanzados permiten ofrecer al Perú y al mundo la posibilidad de conocer un gran templo antiguo, donde los visitantes encuentran un ambiente cómodo y seguro, para gozar de la belleza y autenticidad de los valores culturales que allí se conservan, y viajar imaginariamente hacia al grandioso pasado del milenario pueblo Mochica (Diversión en lugar campestre).
Luego de la visita al Museo de Sitio Huacas de Moche, la señorita Vania Tavara Palacios de la Universidad Privada del Norte (UPN), coordinó con el director del Programa Estudiantil del diario La Industria, William Prado para que iniciáramos el recorrido hacia los impresionantes restos de la Huaca de La Luna.
Nos dividimos en tres grupos para apreciar mejor el legado de la Cultura Moche. “Mi trabajo es muy interesante, pues al mismo tiempo que brindo información también recibo información, pues cada vez aprendo más, cada vez se descubre más”, aseguró nuestra guía María Ulloa Paredes.
Los Moche fueron un pueblo guerrero y artista. La Huaca de la Luna fue su centro ceremonial religioso que está conformado por cinco edificios, dos plataformas y tres plazas. Detrás de ella se encuentra el Cerro Blanco a quien ellos consideraron sagrado.
Primero ingresamos a la Plaza de los Sacrificios donde se encontraron cerca de 70 cadáveres expuestos en la arena (eran prisioneros). A continuación nos encontramos sobre la base del cuarto edificio donde fuimos testigos de su arte deidal y estilo de construcción.
Luego pasamos a estar sobre la base del quinto edificio y después de algunas fotos y de ver el maravilloso paisaje que se nos ponía de lo que había sido antes la zona urbana pasamos a la “plaza ceremonial del norte” donde concluyó nuestro recorrido por este ya conocido destino turístico.
Descubrimiento de la Huaca
La Huaca de la Luna es un lugar impresionate, muestra del adelanto que tuvo la Cultura Moche, que se desarrolló en el valle del mismo nombre y que está ubicado a escasos 10 kilómetros de la ciudad de Trujillo, capital de la región La Libertad (Perú).
Así que algún día visitas Perú, no debes de visitar dicho lugar ceremonial de los Moche. Sólo está a 500 kilómetros al norte de Lima.
El descubrimiento de relieves polícromos realizado en 1990 por el restaurador Ricardo Morales Gamarra motivó a que en mayo de 1991, la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Trujillo (Perú), con apoyo de la Fundación Ford y de la Sociedad Cervecera de Trujillo inicie la ejecución del Proyecto Huaca de la Luna.
Los objetivos del Proyecto son la Investigación, conservación y puesta en valor del monumento arqueológico, ubicado en el complejo Huacas de Moche, uno de los sitios prehispánicos más importantes del norte del Perú.
La reconstrucción
Reconstrucción de la Huaca de la Luna antes de iniciarse el Proyecto Arqueológico. Aunque el estudio de la arquitectura monumental de la Huaca de la Luna resulta muy importante para el proyecto, no es el único objetivo, pues también se están realizando estudios multidisciplinarios para ampliar nuestros conocimientos respecto al origen del estado y del desarrollo urbano andinos, con el objeto de comprender mejor a la sociedad Mochica, que en su época fue una de las más exitosas de la región, que actualmente pertenece a la costa del norte peruano.
Conservación
Trabajos de conservación sobre el mural de la deidad Mochica comúnmente conocida como El Degollador. Desde sus inicios, el Proyecto Huaca de la Luna (Trujillo-Perú) está a cargo de dos directores: el arqueólogo Santiago Uceda Castillo y el restaurador Ricardo Morales Gamarra. Ambos expertos han programado el trabajo a largo plazo, con un enfoque multidisciplinario, que involucra a arqueólogos, antropólogos, historiadores, conservadores, arquitectos, ingenieros y otros especialistas para garantizar el rigor de las investigaciones científicas y el éxito de los trabajos de conservación y puesta en valor del monumento arqueológico.
Reconstrucción del avance de las excavaciones en la Huaca de la Luna. Tras 14 años de paciente labor, los principales logros del Proyecto Huaca de la Luna radican en haber resuelto muchos enigmas respecto a la cosmovisión de los mochicas y en haber realizado trabajos de conservación de óptima calidad, que se ajustan cuidadosamente a la teoría y filosofía de restauración.
Fachada de la Huaca de la Luna y rampa de acceso, tal como se les ve ahora.Los objetivos alcanzados permiten ofrecer al Perú y al mundo la posibilidad de conocer un gran templo antiguo, donde los visitantes encuentran un ambiente cómodo y seguro, para gozar de la belleza y autenticidad de los valores culturales que allí se conservan, y viajar imaginariamente hacia al grandioso pasado del milenario pueblo Mochica (Diversión en lugar campestre).
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ResponderEliminardivertido el viaje aunque algo cansado ,pero muy bueno...=)
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