El centro principal de atracción de este tercer salón, radica en torno a una de sus últimas y más célebres obras
Museo que nos sorprende
Corresponsales Escolares del diario
La Industria visitaron imponente lugar que actualmente administra
la UPAO, que todo trujillano
debería reconocer y donde podrás encontrar obras de arte valiosas
Mario Barreda
Colegio Seminario San Carlos y San
Marcelo
De imponentes paredes color
naranja, con columnas de color blanco, nos recibe el Museo de Arte Moderno
Gerardo Chávez. En plena carretera a Barraza, se encuentra silente y calmado;
mostrándose como una alternativa de cultura para los artistas que buscan un
mundo de imaginación.
Su primer ambiente, un patio
amplio y fresco, de árboles frondosos que proporcionan una agradable sombra
acogedora. En aquel patio, se lucen todo tipo de esculturas en diversos materiales,
de artistas nacionales en su mayoría; y uno que otro internacional quienes nos muestran
una porción del mundo interno del artista; son mostrados a través de sus distintas
esculturas, de toda forma, en materiales que van desde bronce, piedra, mármol
hasta madera. Un lugar apto para admirar y tratar de comprender el mensaje que el
artista, quiere expresar.
Aquel patio de esculturas, viene
a ser la antesala del Museo de Arte Moderno, del reconocido chepenano Gerardo
Chávez, cuyo nombre lleva aquel museo, puesto que se muestra una colección de
más de 90 piezas de sus distintas manifestaciones artísticas, escultura y
pintura.
Un pequeño corredor, al principio
del recorrido del museo, nos conduce a una versión miniatura de dos de sus
principales, más reconocidas y más renombradas esculturas; “La procesión de la
papa,” y “El guardián”. Ambas en bronce. En la primera, el artista quiere
transmitir la importancia de la papa en la humanidad. Algo tan peruano, tan
nuestro; y que en varias ocasiones salvó a muchas personas, y hoy en día no
falta en cualquier cocina del mundo. En cada
“ojo” de la papa, se puede apreciar algo
característico de los principales tipos de papa que tenemos en el Perú. Y “El
guardián”, el centauro de desproporcionado; que después se mostraría en su
tamaño original.
En el corredor se aprecia también
un pequeño cuarto en el cual se muestra, distintos afiches a través de la
historia, en los que se menciona a Gerardo Chávez, la mayoría de ellos en francés.
Pasando ya, a los que es en sí el
museo, en un primer salón apreciamos las primeras obras de Gerardo Chávez, en
las que tratando de imitar el arte rupestre; se exponen bosquejos hechos sobre
un papel especialmente tratado por el mismo Gerardo Chávez, que le permiten al
papel tener una contextura y aspecto pétreo. También se aprecian sus primeras
libretas con bosquejos de los personajes que posteriormente se inmortalizarían
en sus grandes obras. Todo lo mostrado, vendría a ser la parte del proceso de
definición del estilo propio, que caracterizaría a Gerardo Chávez en un futuro,
y que alzaría su nombre, a las galerías de arte moderno más famosas del mundo.
El siguiente salón, se exhibía el
primer periodo artístico de Gerardo Chávez; uno en el que predominaban los
colores fuertes, trabajados sobre tela trabajados al “pastel graso”. Una en
particular, que resalta a la vista por su vistosidad y explosión de colores,
“Autómatas de carrusel”; nos muestra un pasaje de la vida del artista; un tanto sombrío. En la obra, el pintor nos
transmite la magia que en aquel entonces, irradiaban los carruseles entre los
niños. La pintura, nos muestra eso; la magia de un carrusel, la alegría, la
algarabía la emoción; que era injustamente restringida a los niños pudientes.
Mientras, los otros se perdían en la ilusión, de saber que se siente estar
allí. Esas miradas, de aquellos niños, cuyas ilusiones se apagaban por las
restricciones ocasionadas por su carencia; se encuentran perdidas en las
esquinas y márgenes oscuros de la obra.
También, se muestran en aquel
salón; obras inspiradas, en una de las travesías de nuestro artista; por el
Sahara; pues en sus cuadros de vivos colores, se aprecian formas que serían
esculturas de hielo, que al ser sometidas al penetrante calor del desierto,
desfiguraban su forma; y se perdían en un gran charco de agua.
Pasando al siguiente salón,
observamos el segundo periodo artístico en la vida de Gerardo Chávez. Sus
pinturas, sobre lienzos de fondo negro, en las cuales ya se puede apreciar, los
personajes que bosquejaba en sus libretas anteriormente mencionadas. Ubicados
de formas diversas, y con detalles muchos; poco a poco vamos conociendo el
mundo de un artista; su manera imaginativa y creativa de percibir la realidad,
y representarla. Uno de los cuadros, el último ídolo; esconde una historia. Se
muestra, a un personaje, enaltecido, en torno a una muchedumbre que lamenta su
deceso; se le atribuye este cuadro a la muerte del líder, Víctor Raúl Haya de la
Torre, gran amigo del pintor.
Luego se ingresa a un ambiente,
que vino a ser la antesala del último gran salón. Se ve cada ve prácticamente
ya el estilo propio del artista, consolidado ya en todo su esplendor, el
artista, deja los lienzos y la tela, y pinta sobre yute con tierra natural. Se
expone una gran obra, principalmente, en la que el pintor buscó expresar el
arte Chimú. Pues, se ven hombres con cabeza de pelícanos, peces, aves y
distintos personajes propios de la cultura Chimú, diversos detalles que a la
vez se han visto plasmados en los frisos de Chanchan.
La atención en aquel salón,
rápidamente es robada por los personajes de sus libretas, fabricados de gran
tamaño, sobre cartón prensado; y ubicados de tal manera que tapizan las paredes
exteriores, del tercer y último ambiente.
En el último gran salón, se
exponen muestras, con un estilo totalmente diferente al de sus inicios;
personajes imaginarios que en un principio solo existían entre páginas perdidas
de unas simples libretas. Ahora, cobran vida; en impresionantes obras que
protagonizan la magia del tercer y último salón, en el que se muestra el ya
reconocido y establecido estilo del artista, que le proporcionó un gran
renombre internacional; y lo puso entre los íconos más representativos del modernismo
en el mundo.
En este último salón, se exponen
tres monumentales obras, sin contar a la gran columna centra, que muestra a
todos los personajes dibujados sobre el cartón prensados, superpuestos unos
sobre otros hasta el techo, transmitiendo una sensación de movimiento al lugar.
El centro principal de atracción
de este tercer salón, radica en torno a una de sus últimas y más célebres
obras. “La procesión de la papa”, cuya versión miniatura se exhibía a la
entrada. Aquella obra, es la versión completa, en la cual se muestra el
jolgorio de un pueblo serrano, que festeja con ánimos explosivos una procesión;
se ven los distintos tipos de expresiones culturales, tales como la infaltable
banda que ameniza todo evento, la comida en abundancia, la “vaca loca”, y los
cientos y cientos de pobladores que
explotan de júbilo, y sobre sus hombros llevan orgullosos, a la papa, como
atracción mayor. Esta obra monumental, hecha sobre yute con tierra natural,
consta de 6 cuadros de más de 3 metros cuadrados cada uno, de manera horizontal, ocupando una pared
entera del salón.
Dejando ya el salón, en la puerta
nos despide, “El guardián”, el desproporcionado centauro, que custodia la
salida de la exhibición.
Ese fue, el recorrido de los
Corresponsales Escolares de La Industria,
quienes por invitación de la UPAO, administradores del Museo; visitaron sus
ambientes y se sumergieron en aquel santuario del arte, que espera con las
puertas abiertas; a todos aquellos que busquen un lugar para respirar,
apartarse de la realidad y apreciar el arte de verdad.
En el Campus II de la UPAO
Además del Museo de Arte Moderno,
también visitamos el Campus II de la Universidad Privada Antenor Orrego (UPAO),
ubicada en la carretera a Barraza, donde funciona la Facultad de Ciencias Agrarias
y donde funciona la Escuela Veterinaria y Zootenia, y el Centro de
Investigación Agropecuaria, donde se aplican las técnicas de corredores
biológicos para atraer a los insectos benéficos y, en consecuencia,
contrarrestar las plagas que atacan a los frutos de exportación.
“Los corredores biológicos son una
técnica que cosiste en sembrar alrededor de los frutos, plantas, como girasol,
crotalaria y globo para que atraigan a los insectos benéficos; es decir,
avispas y chinches con la finalidad de comerse a las plagas y proteger los
cultivos de mango, palto, uva, maracuyá, aguaymanto, mandarina y granado que
hemos sembrado en el área de investigación agrícola”, dijo Marcos Saavedra
Guarniz, estudiante de noveno ciclo.
Allí se ejecutan el trabajo científico para demostrar que a través de
esta técnica se eliminan las plagas y el uso de insecticidas que son
perjudiciales para la salud de los seres humanos y el medio ambiente.
Además en
la Escuela de Veterinaria y Zootecnia se formar los médicos veterinarios,
profesionales integrados a la comunidad, que colabora con el bien común a
través de su eficiente desempeño en promoción, control, aprovechamiento y
bienestar de la vida animal para beneficio del hombre. Desarrolla actividades
de investigación, extensión y asistencia técnica en producción animal, medicina
preventiva y curativa, salud pública a través de la inspección de los alimentos
de origen animal para consumo humano, conservación del ambiente, entre otros
campos de acción.
Los
Corresponsales Escolares del Diario La Industria también aprovecharon su
estadía en el Campus II de la Upao para dar rendir homenaje al día de la Madre
en la persona de dos profesoras, Eda Quispe Alayodel Colegio de San Juan y
María Rodríguez Mederos del Colegio Leoncio Prado de Paiján.
Aquel sábado fue muy bonito pues nos llevaron al Campus II de la UPAO donde vino vaquitas, ademas dos alumnas nos deleitaron con una bella canción como la de "Titanic", por el día de la madre a las docentes Eda Quispe y María odríguez Mederos.
ResponderEliminarColegio: El Buen Pastor